EN LA BUENA DIRECCIÓN


No quisiera resultar pesado pero creo que es necesario hacer un pequeño resumen de todo lo acontecido desde el último cambio de gobierno para poder ver con amplitud todo lo que está sucediendo.

Llámenlo recortes, ajustes, subidas de impuestos, copago, o como ustedes quieran. Lo realmente cierto es que desde un 20 de noviembre de 2011 el gobierno del país no ha dejado de realizar reformas tal como se dice por mis tierras "sin prisa pero sin pausa". Poco a poco, hemos ido viendo como primero subían el IRPF, redactaban una reforma laboral injusta, fomentaban la absorción de cajas por los bancos (suprimiendo hasta la mínima expresión el poder regulador del estado en cuestión de créditos), reestructuraban la cúpula de casi todas la empresas estatales (incluida Televisión Española), permitían el encarecimiento de las facturas de la luz, agua y gas (además de trenes, autobuses, metros, etc.), establecían el mal llamado copago sanitario en las recetas (además del euro por receta que se mantendrá en Cataluña), incrementaban el euro sanitario en los carburantes, se endeudaban por 35 MIL MILLONES de euros para poder devolver los 15 MIIL MILLONES que se debían por parte de los ayuntamientos a pequeños empresarios, cofinanciaban autopistas y aeropuertos sin aviones, despenalizaban la corrupción instaurando una anmistía a los fondos en paraisos fiscales (y creando un espantoso precedente), volviendo a entregar 50 MIL MILLONES a los bancos a través del FROB (a saber de dónde los han sacado, no quiero ni pensarlo), fomentando el cierre de universidades, subiendo las tasas a los estudiantes universitarios, incrementando el número de alumnos por aula, el número de horas de trabajo a funcionarios, despido de interinos en todas las administraciones, instaurando una cartilla de racionamiento para los medicamentos, y seguramente me dejaré algo olvidado.

En fin, si todavía siguen leyendo, lo que quiero dar a entender con toda esta parrafada es el ritmo lento pero sin pausas que está marcando Rajoy a la hora de tomar medidas. Administrándolas a la población en pequeñas dosis, como si fuese veneno, hasta que acaben por acostumbrarse. Porque, evidentemente, si hubiese realizado todo lo anteriormente escrito en una sola semana el país entero lo hubiera pateado hasta la China.

Así que no queda más lógica que pensar en todo un plan urdido (¡y que todavía está sin concluir!) milimétricamente aunque en ocasiones parezca todo fruto de la improvisación. Como ejemplo tenemos unos Presupuestos Generales del Estado que fueron guardados celosamente bajo llave hasta pasadas las autonómicas andaluzas, pero que aún estamos descubriendo realmente de qué tratan. Porque van anunciando los recortes y medidas una a una, semana a semana, para no saturar la opinión pública. Y según parece les está saliendo bastante bien, aunque las encuestas digan lo contrario.

Pero lo peor de todo sería pensar que nuestros políticos han sido capaces de idear tan maléfico plan. Pues son simplemente instrumentos que continúan líneas trazadas por los partidos sin pararse a pensar realmente si esas líneas llegan a la conclusión que ellos creen. Porque no dejan de ser personas, y por lo tanto, manipulables igual que todos. Y con ésto no estoy acusando a la señora Merkel, Sarkozy o cualquier otro, pues evidentemente también siguen líneas marcadas. No, me estoy refiriendo a unas pocas personas con mayor poder que cualquiera de los citados y hasta con mayor poder que organismos como el FMI o la ONU. Me estoy refiriendo a personas escondidas tras las siglas de sus compañías y las figuras de sus gerentes-marionetas, que controlan el rumbo del mundo a su antojo extorsionando y presionando sin pudor a países enteros, uniones europeas, mercados mundiales y quien se les ponga por delante.

Existe un antiguo proverbio chino que nos enseña a mirar más allá y evitar que el árbol nos impida ver el bosque. Deberíamos poder ver más allá de las reformas que puntualmente nos golpean y de quienes las proponen, para poder ver todo lo que hay detrás de nuestro árbol. Pero mientras discutamos acerca de la vida sentimental de Belén Esteban, las pataletas de Mourinho o cualquier otra distracción improductiva, será imposible que la sociedad se movilice como hace dos siglos y forme una verdadera revolución que encauce el mundo en la buena dirección.

[Artículo de opinión]

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